Schopenhauer y la dignidad de la literatura



Schopenhauer tiene claro que el arte es una forma de conocer y que, entre el conocimiento artístico y el científico, el primero es superior, pues se ocupa de esencias e ideas y no de meros fenómenos particulares. Entre las artes, ninguna superior a la música, a la que reserva el primer lugar en tanto expresión directa de la voluntad. Sin embargo, apenas abajo estaría la poesía (hoy diríamos, la literatura), sobre la que escribió uno de sus mayores elogios:
Revelar esa idea que es el nivel supremo de objetivación de la voluntad, la presentación del hombre en la hilvanada serie de sus anhelos y acciones es el gran privilegio de la poesía. Sin duda, también la experiencia y la historia nos enseñan a conocer al hombre; pero con frecuencia nos hacen conocer más a los hombres que al hombre; la experiencia y la historia nos vienen a proporcionar más bien datos empíricos del comportamiento de los hombres entre sí, lo cual nos permite extraer reglas para la propia conducta antes que sondear la esencia íntima del hombre… El poeta es en suma el hombre universal; todo lo que alguna vez ha conmovido el corazón de un hombre, aquello que en una determinada situación incita a la naturaleza, todo cuanto anida y se incuba en un pecho humano: tal es el tema y el material del poeta… Él es el espejo de la humanidad, haciéndola consciente de lo que ella siente y de lo que la mueve.

El mundo como voluntad y representación, 65

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